miércoles, 18 de febrero de 2009

Otto Skorzeny.

El Obersturmbannführer Otto Skorzeny (Viena, 12 de junio de 1908 - Madrid, 5 de julio de 1975), ingeniero austríaco que fue especialista en operaciones especiales perteneciente a las Waffen-SS de la Alemania nacionalsocialista durante la Segunda Guerra Mundial.



Gran experto en acciones de espionaje y sabotaje, fue apodado por los americanos como Cara Cortada debido a las grandes cicatrices que surcaban sus mejillas. Se hizo famoso al rescatar al dictador italiano Benito Mussolini, así como llevar a cabo la Operación Greif que le valió el título de El hombre más peligroso de Europa por los aliados. Se cree que fue uno de los principales organizadores de ODESSA en España.
Fue junto con Reinhard Heydrich uno de los hombres más capaces e inteligentes, si no el más hábil, con que contaba Adolf Hitler en temas de misiones de comandos, además de ser respetado y temido entre sus pares.


Juventud e inicios en las SS


Skorzeny nació en el seno de una familia vienesa de clase media de origen alemán y posiblemente polaco. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, su familia sufrió las consecuencias del Tratado de Versalles y sobrevivió gracias a la ayuda de la Cruz Roja. Sin embargo, las penurias pasadas no impidieron que creciera hasta medir 1,90 m de estatura.
A los 18 años se inscribió en la Universidad de Viena para estudiar ingeniería. De carácter deportista y aventurero y amante de los desafíos, a menudo estaba en medio de reyertas, y allí se unió a una de las muchas Schlagende Verbindungen o sociedades de duelo que existían en Austria y Alemania. Libró catorce duelos en total, y en el décimo, en 1928, recibió la Schmisse o cicatriz de honor que llevó con orgullo toda su vida.
A pesar de simpatizar abiertamente con el NSDAP se mantuvo a la expectativa y no se hizo miembro del partido. En 1938, durante el Anschluss intervino por petición de un amigo suyo, Bruno Weiss, miembro del nuevo gobierno nacionalsocialista, para proteger al depuesto presidente Wilhelm Miklas en un encuentro entre la policía y la guardia de Miklas, debido al desconcierto del momento. En 1939, Skorzeny trabajaba como ingeniero cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Inmediatamente se ofreció como piloto a la Luftwaffe, ya que tenía experiencia con avionetas, pero fue asignado a operaciones de tierra porque tenía más de 30 años. No dejándose desanimar, es propuesto para servir en las Waffen-SS, específicamente en la selecta división SS Leibstandarte, conocida popularmente como la guardia personal de Hitler. En esta división destacó y luego fue enviado a la 2.ª división de las SS Das Reich. Entre 1940 y 1941, participó en las campañas en Francia, Holanda y los Balcanes. En la campaña en Rusia de 1941, donde le otorgan la Cruz de Hierro, cae enfermo y es enviado de vuelta a Viena en diciembre.
Al regresar a Alemania es ascendido a capitán de la Reserva y destinado a los Servicios de Inteligencia. Tras este destino es nombrado jefe de comandos y se le encarga la tarea de entrenar tropas especiales para labores de guerra de guerrillas, sabotajes, secuestros, etc.
Después de pasar un tiempo organizando los comandos, se encontraba en Berlín el 25 de julio de 1943 almorzando con un amigo de juventud cuando se le comunicó que Hitler en persona quería hablar con él. Hitler consideraba a Otto Skorzeny un hombre muy efectivo y de confianza para el logro de complicados objetivos. La confianza no estaba mal depositada.


Rescate de Mussolini

Skorzeny se dirigió rápidamente al Cuartel General del Este, la Wolfsschanze (Guarida del lobo), donde Hitler lo seleccionó de entre seis jefes de las SS para que llevara a cabo el rescate de Il Duce Benito Mussolini, que acababa de ser traicionado por su partido y arrestado, siendo desconocido su paradero. Se le puso bajo las órdenes del jefe de paracaidistas alemanes General Kurt Student.
Desde entonces estuvo buscando a Mussolini. El gobierno de Badoglio supo de la operación y trató de evitar que le localizaran. Skorzeny estuvo entonces exponiéndose en territorio enemigo, llegando a ser atacado por unos cazas británicos que derribaron su Heinkel He 111, por lo que se rompió tres costillas. Como no quería perder la misión, y siguió buscando al dictador italiano, hasta que descubrió que estaba en el Hotel Campo Imperatore en el pico más alto de los Apeninos, el Gran Sasso. En efecto Mussolini estaba como prisionero en ese hotel y los carabinieri que lo custodiaban tenían órdenes de ejecutarlo ante el primer intento de rescate o fuga.
Skorzeny pudo percatarse de que la operación era arriesgadísima, dada la topografía del terreno que solo daba como solución el aterrizaje sobre una pequeña explanada al borde de un alcantilado contiguo al hotel. Justo antes del aterrizaje se dio cuenta de que la explanada, que había fotografiado para estudiar el terreno, no era tan plana como pensaba, sino que en realidad estaba bastante empinada, haciendo que el aterrizaje sobre ésta fuera realmente peligroso. La operación requería el uso de planeadores y combatientes profesionales experimentados, por lo que se escogieron comandos paracaidistas para la misión. Las probabilidades de éxito eran apenas un 20%.
El 12 de septiembre de 1943, a las 12:30 del mediodía, Skorzeny junto con nueve aeroplanos despegó hacia el Gran Sasso para rescatar a Mussolini. La operación llamada Unternehmen Eiche (misión roble) fue llevada a cabo con éxito y se rescató a Mussolini sin un sólo disparo, pues los carabinieri se rindieron en el acto.
Mussolini fue embarcado en una avioneta Storch, donde también se acomodó el mismo Skorzeny como guardaespaldas de Mussolini. El piloto de la Storch protestó, pues el avión era biplaza y Skorzeny y Mussolini sobrepasaban con creces la capacidad de la avioneta de reconocimiento. Skorzeny insistió y el aeroplano a duras penas remontó el aire.
Skorzeny y Mussolini viajaron a Viena en un Heinkel He 111 que estaba allí especialmente preparado, donde fue recibido por Hitler. Luego Skorzeny fue felicitado por el mismo Hitler, se le entregó la Cruz de Caballero y además se le ascendió a Sturmbannführer de las Waffen SS.
Algunos historiadores aseguran que Skorzeny fue sólo un observador en el rescate, pero como él llevó a Mussolini a Viena y sólo él apareció en las cámaras, fue mostrado a los medios alemanes como el organizador de la operación. Se dice que, en realidad, la operación fue liderada por el teniente Otto Graf von Berlepsch y estudiada por el Mayor Harald Mors, que estuvieron presentes en el rescate. Sin embargo, el liderazgo estaba a cargo del coronel Kurt Student. Sea como fuere, Skorzeny demostró que la elección de Hitler no estuvo equivocada. Posteriores hechos demostrarían el valor de Skorzeny.


Operaciones en Yugoslavia y Hungría

Después de haber sido mimado por los altos jefes de la Wehrmacht, Skorzeny volvió a la acción. El 25 de mayo de 1944 se le encomendó la orden de capturar vivo o muerto al jefe de los partisanos yugoslavos, Tito, que estaban causando graves problemas en los Balcanes. Ese mes y el siguiente ejecutó la Operación Rösselsprung, donde envió comandos de paracaidistas al cuartel general de Tito. Los alemanes, en desventaja numérica, lograron derrotar a los partisanos, pero durante el ataque Tito escapó y vivió para convertirse en presidente de su país en la post-guerra.
Durante el atentado contra Hitler del 20 de julio, Skorzeny se hizo cargo de la situación en Berlín cuando Stauffenberg ya había sido fusilado.
El 10 de septiembre de ese mismo año, Hitler lo llamó de nuevo a la "Guarida del Lobo" para comunicarle una misión secreta. Allí Hitler le contó de algunos contactos que el regente de Hungría, el almirante Miklós Horthy, estaba teniendo con el Ejército Rojo para rendirles el país. Si esto se llevaba a cabo, casi un millón y medio de rusos se abalanzarían sobre un millón de alemanes y se abriría un amplio corredor hacia Alemania y Austria. Se le ordenó que en caso de que se intentara rendir a Hungría, Skorzeny debía tomar el Burgberg, la colina donde residía Horthy.
Después de indagar en Budapest, Skorzeny descubrió que el hijo de Horthy, Miki, estaba negociando la rendición con partisanos de Tito, por lo que el 15 de octubre se dirigió al hotel donde estaban negociando la rendición y arrestó a los partisanos junto con el joven Horthy. A las pocas horas, Horthy padre anunció en la radio que Hungría se rendiría a los rusos, por lo que Skorzeny acudió al Burgberg a arrestar también al viejo Horthy. Sin embargo, al temer por la vida de su hijo, Horthy decidió finalmente no rendir a Hungría. Para entonces Skorzeny ya había partido a asaltar el Burgberg y nadie se molestó en avisarle que la operación se había cancelado.
La Operación Panzerfaust se llevó a cabo esa misma noche. Skorzeny y sus tropas sitiaron la colina y se pusieron a patrullar alrededor. Los húngaros creyeron que los alemanes iban a sitiar el lugar y se confiaron. No obstante, Skorzeny subió inesperadamente con sus vehículos armados la colina y después de enfrentarse con los defensores, la tomó, con 4 muertos alemanes. El almirante Horthy fue llevado como 'invitado' a Alemania, donde abdicó pocos días después. El germanófilo conde Ferenc Szálasi lo reemplazó como regente.
Skorzeny se quedó en el Burgberg, disfrutando de la simpatía de Hitler. Sin embargo, no pudo descansar mucho, ya que el 21 de octubre, éste lo llamó al cuartel general para anunciarle que iba a empezar la Batalla del Bulge y necesitaba su ayuda para una operación especial.


Operación Greif

El 22 de octubre Hitler le habló a Skorzeny de una ofensiva que llevaría a cabo en las Ardenas, una zona boscosa que comprende Bélgica y Luxemburgo, cuyo objetivo final era la conquista del puerto de Amberes, lo cual retrasaría notablemente la ofensiva en el oeste, dando tiempo a los alemanes a estabilizar el Frente Oriental, así como intentar lograr la paz con las potencias de habla inglesa.
Luego Hitler le contó a Skorzeny acerca de una idea que había tenido al enterarse de que algunos norteamericanos se habían disfrazado de alemanes cerca de Aquisgrán. El Führer había decidido que Skorzeny y sus unidades pasarían las líneas enemigas disfrazados de militares británicos y norteamericanos, y sembrarían la confusión entre las tropas aliadas, justo horas antes de iniciarse la ofensiva en las Ardenas. Esta operación secreta recibió el nombre de "Operación Greif".
La unidad de Skorzeny poseía 80 soldados que hablaban inglés con soltura, así como 14 jeeps americanos y 60 carros armados camuflados como tanques Sherman. Skorzeny disponía también de unos 3.500 hombres que pasarían detrás de los soldados camuflados. Después de internar a sus soldados por varias semanas en campos aislados del exterior para enseñarles costumbres americanas, Skorzeny se sintió listo para llevar a cabo la misión.
A primeras horas del 16 de diciembre de 1944, dos mil cañones alemanes dispararon en el frente de las Ardenas y dio comienzo la ofensiva. Las tropas alemanas se abalanzaron sobre los sorprendidos norteamericanos, pero a pesar de cumplir sus objetivos iniciales, las bajas fueron elevadas y el avance inicial se detuvo.
Mientras tanto varios jeeps 'norteamericanos' penetraron las filas aliadas. Después de sembrar la confusión en el enemigo, lograron incluso desviar importantes unidades desde su destino, y por un momento la confusión fue total. Pronto los aliados se percataron de que las rutas de sus unidades habían sido alteradas por "oficiales" que estaban en las convergencias de los caminos en jeeps americanos y que sin duda eran infiltrados alemanes, y se tomaron las medidas apropiadas al caso.
Los alemanes disfrazados fueron siendo descubiertos y arrestados uno tras otro. Debido a que utilizaban el uniforme enemigo, se les acusó de espionaje y fueron fusilados inmediatamente. No menos de 200 alemanes fueron fusilados. No obstante, antes de ser ejecutados habían declarado, basándose en rumores, que el objetivo de la Operación Greif era asaltar el Cuartel General de Eisenhower y asesinarlo. Esto produjo pánico entre los aliados y desató una ola de medidas paranoicas que dificultaron las operaciones militares, tales como el encierro de Eisenhower en el cuartel general por dos semanas. En este período los norteamericanos le asignaron a Skorzeny el título de el hombre más peligroso de Europa, que sin duda lo era.
Mientras tanto, Skorzeny se había dado cuenta de que la misión estaba condenada al fracaso, pero decidió no cancelarla por la insistencia de Hitler. Un día, mientras se desplazaba por el frente, fue alcanzado por metralla que le hirió gravemente en la cabeza y se le envió a Berlín.


Últimos días de la guerra


El 30 de enero de 1945 Skorzeny fue enviado por Himmler al frente del río Oder para detener a los rusos. Con una fuerza de 5.000 hombres, de los 20.000 prometidos por Himmler, Skorzeny salió hacia Schwedt a luchar en una guerra perdida. Después de reclutar hombres entre antiguos pilotos, heridos, ingenieros, ancianos y adolescentes, aumentó sus fuerzas a casi 15.000, la mayoría sin mucha experiencia.
El 7 de marzo Skorzeny recibió la orden de ir a Berlín para encomendarle otra misión. Allí se le comunicó que el primer puente sobre el río Rin había sido tomado por los aliados cerca de Remagen. Hitler estaba furioso y se le ordenó a Skorzeny que organizara un comando de hombres rana para volar el Puente de Ludendorff. Skorzeny protestó, alegando que las probabilidades de éxito eran mínimas, pero aun así se le encomendó la misión. La operación fue un fracaso y los hombres que no fueron apresados murieron congelados en las heladas aguas del Rin.
Poco después Skorzeny tuvo que trasladarse de nuevo a Berlín. El Hitler que lo recibió estaba acabado y completamente aislado de la realidad, y después de imponerle la Cruz de Caballero con Hojas de Roble se despidió. Esta fue la última vez que Skorzeny vio a Hitler.
Cuando su ciudad natal estaba a punto de caer en manos de los rusos, Skorzeny partió a Viena para conocer el destino de su familia. En el camino encontró oleadas de soldados huyendo, abandonando a los heridos en el camino. En Viena se entrevistó con el antiguo líder de las Juventudes Hitlerianas Baldur von Schirach, que igual que Hitler, vivía completamente aislado de la realidad. Schirach le aseguró que combatiría hasta la muerte en Viena, pero a los pocos días se rindió a los rusos.
El 11 de abril Skorzeny abandonó Viena, y al contemplar una vez más a su ciudad natal en llamas, decidió que ya no iba a luchar más. No obstante, obedeciendo órdenes de Berlín, se dirigió al llamado Reducto Alpino, entre Austria y Alemania, donde debería organizar la defensa del último baluarte nazi. Desilusionado, Skorzeny descubrió que el Reducto Alpino nunca había sido construido, por lo que el 8 de mayo de 1945 Otto Skorzeny se entregó al ejército estadounidense.


Después de la guerra


Skorzeny pasó los dos años siguientes en un campo de prisioneros de guerra. Sus contrapares ingleses y americanos lo trataron bien, pues le consideraban una leyenda. Luego se le juzgó en Núremberg. Se le acusó de la matanza de varios soldados aliados durante la Batalla de las Ardenas (la matanza de Malmedy), pero fue declarado inocente. Después se le acusó de intentar matar a Eisenhower, pero esta nueva acusación carecía de fundamentos. Al final fue acusado de ordenar a sus hombres que utilizaran el uniforme enemigo durante la Operación Greif. Esto constituía un crimen de guerra y Skorzeny no pudo negarlo. Sin embargo, la acusación se vino abajo cuando el famoso jefe de escuadra inglés Yeo-Thomas vino en su ayuda y testificó que los ingleses también habían usado el uniforme enemigo durante la guerra.
Aunque Skorzeny fue declarado inocente de todos los cargos, se le internó en un campo de desnazificación hasta que escapó, gracias a la ayuda de un comando de élite de las SAS británicas, a España el 27 de julio de 1948. No se le persiguió. Skorzeny se estableció en Madrid y siguió trabajando de ingeniero. Su estancia en Madrid se vio manchada por la sospecha de que ayudó a criminales nazis a escapar a Málaga y Alicante a través de la organización ODESSA, creada por antiguos miembros de la SS. También residió en Bolivia y Argentina organizando fuerzas de seguridad, tuvo contactos con otros nazis, como el aviador Hans-Ulrich Rudel, Adolf Eichmann y Josef Mengele entre otros.
Publicó sus memorias en dos tomos titulados Vive peligrosamente y Luchamos y perdimos. Editorial Acervo. 1972. Barcelona. En Argentina se llamó "Misiones Secretas", publicado por ediciones Cenit en 1954.
Durante sus últimos años Otto Skorzeny vivió en Alcudia (Mallorca) y murió de cáncer en Madrid el 7 de julio de 1975 a los 67 años. Fue incinerado y sus restos inhumados en Austria.


miércoles, 11 de febrero de 2009

Erwin Rommel

Mariscal de Campo Erwin Rommel - El Zorro del Desierto

Nació el 15 de Noviembre de 1881 en Heidenheim and der Brentz cerca de Ulm en el estado de Wurtemberg. Se unió al ejercito en 1910 y en Marzo de 1911 ingresó a la escuela militar de oficiales de Danzing (Gdansk). Contrae matrimonio en 1916 con Maria Mollin y la pareja tiene un solo hijo en 1928, llamado Manfred. Participó en la I Guerra Mundial, recibiendo la Cruz de Hierro de Primera Clase en Enero de 1915 en Argonne. En Mayo de 1917 fue transferido al frente del Oeste y participo en los asaltos de Mone Cosna y Caporeto donde obtuvo la Orden al Merito, siendo ascendido a Capitán. En 1919 es trasladado a Friedrichshafen para comandar una compañía de seguridad interior, lo encontramos en 1929 cuando se desempeña como instructor de infanteria en una escuela en Dresden; publica su libro "Ataques de Infanteria", basado en sus experiencias de la I Guerra Mundial. Para la epoca de la II Guerra Mundial es promovido a Mayor General y nombrado comandante del Cuerpo de Guardia de Adolf Hitler durante la campaña de Polonia. Despues de la campaña de Polonia le es asignada la Séptima División Panzer, haciendo parte del XV Cuerpo Panzer comandado por el General Hoth durante la Invasión de Francia. En Mayo 10 de 1940 los alemanes invaden Francia y Rommel a la cabeza de su Séptima División alcanza Dinant para Mayo 13, no encontrando oposición alcanza Philipville en Mayo 15 y para mayo 21 se encuentra en Arras,donde se produce el primer contrataque de los Aliados. Cuando los Alemanes lanzan su ataque al interior de Francia, Rommel avanza desde Abeville, alcanzando Rouen en Junio 10, Cherburgo el 19 de Junio, en Junio 25 termina la batalla por Francia, donde la Séptima División consigue su título como la División Fantasma, ya que ni el Alta Mando Aleman, ni el staff de Rommel sabía en donde estaba, su éxito consistía en la velocidad de penetración y siempre a la cabeza de sus tropas, existiendo ocasiones en las cuales apaga los sistemas de comunicacion para no ser "molestado". Despues de la campaña de Francia se dedica a escribir su diario donde describe los acontecimientos de Mayo y Junio de 1940; en Enero de 1941 es promovido al rango de Teniente General y trasladado a Berlin, donde recibe el Mando del Africakorps, con el fin de apoyar a Italia en su campaña contra los ingleses. En Febrero 14 de 1941 Rommel llega a Tripoli con la 5ta División Ligera Panzer, encontrándose la primera vez con los ingleses el El Aghelia, para Marzo 31 lanza un victorioso ataque sobre las posiciones britanicas de Mersa Brega, utilizando las tacticas de la Blitzkrieg perfeccionadas en Francia, empuja a los británicos avanzando desde Tripolitania sobre Lybia, Cyrenaica, capturando Bengazi. Para Abril 15 de 1941 se encuentra en Bardia y Solum, alcanza la frontera oeste de Egipto y los ingleses se ven obligados a atrincherarse en Tobruk. Para esta época se lo empieza a conocer como El Zorro del Desierto, por su constante improvisación y obtención de recursos donde otros no los encuentran. Es ascendido a Mariscal de Campo, siendo el más joven Mariscal Alemán de todos los tiempos a los 50 años. En Agosto de 1941 el Africakorps es reorganizado y conformado como el Grupo Panzer África, Rommel es colocado al mando de todas las fuerzas en África. En la noche del 17 de Noviembre de 1941 un comando inglés penetra en el campamento del Cuartel General de Rommel con el propósito de asesinarlo, pero él no se encuentra allí. En Noviembre 18 de 1941, los ingleses comienzan su ofensiva denominada Crusader, en la cual Rommel es obligado a retirarse hasta El Aghelia en Lybia. En Enero de 1942 Rommel inicia su ofensiva, obliga a los ingleses a retirarse hasta la linea de Gazala y recibe su Cruz de Caballero con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes; para Mayo 26 de 1942 reinicia su ofensiva, capturando Tobruk en Junio 26; continúa empujando a los ingleses dentro de Egipto y alcanza El Alamein, ubicado a 96 Km al oeste de Alejandría, completamente agotadas sus Divisiones Panzer y corto de equipo y abastecimientos, se ve obligado a detenerse. A pesar de sus contínuas peticiones a Berlín de suministros y recomposición de sus fuerzas no es oido,cae enfermo y debe viajar a Alemania. En Octubre de 1942 los ingleses vuelven contraatacar, destruyen las fuerzas alemanas y los Anglo-Americanos inician la operacion Torch, al continuar la ofensiva en dos frentes, Rommel se ve obligado a replegarse y para Febrero de 1943 lanza su última ofensiva en el Norte de Africa; en Febrero 23 de 1943 entrega el mando del Grupo África al General von Armin y vuela a Berlin con el fin de persuadir a Hitler de la desesperada situación del Africakorps, pero no es escuchado. En Mayo de 1943 se entregan a las fuerzas Aliadas y caen prisioneros 200.000 hombres. Rommel se encuentra emfermo y desilusionado. En las postrimerias de 1943 recibe el mando del Grupo de Ejercitos B bajo el Mariscal de Campo von Rundstedt, el cual es responsable por la zona desde Holanda hasta Burdeos y encargado como Inspector General para la construcción de la Muralla del Atlantico , con el fin de impedir el desembarco aliado en Europa. Una vez se efectúa el desembarco hace todo lo posible por impedir la penetración de las fuerzas aliadas; es herido en un ataque aereo y es gravemente implicado en el atentado efectuado contra Hitler el 20 de Julio de 1943 en el Cubil del Lobo, cuartel general de Hitler en el Este. Transferido a un hospital, se le da la alternativa de ser enjuiciado como traidor o suicidarse, determinacion que ejecuta por su propia mano el 14 de Octubre de 1943. Se le entierra por orden de Hitler con todos los honores militares de su rango y se ordena un día de luto nacional. Rommel fue considerado por todos sus amigos y enemigos como el ultimo de los caballeros y no fue nunca implicado en los crimenes de guerra de la Segunda Guerra Mundial.





Perdón si tiene algún error ortográfico, lo corregí yo, era un desastre el texto.

domingo, 1 de febrero de 2009

Cementerio Darwin.

EL CEMENTERIO ARGENTINO DE DARWIN, ABANDONADO

Nadie cuida a los muertos en Malvinas




Jorge Lanata viajó a las Malvinas para contar, desde el próximo domingo, qué pasa en las islas hoy, cómo viven los argentinos radicados en Puerto Argentino y qué piensan los kelpers del conflicto que estalló hace 25 años. Además, prepara un especial que se editará en DVD y saldrá a la venta con la edición de PERFIL del 1 de abril. Pero apenas comenzó su investigación el periodista llegó al cementerio de Darwin donde están enterrados los soldados argentinos caídos en la guerra y se encontró con un panorama desolador: tumbas abandonadas, cruces en malas condiciones y el Estado argentino ausente.


Por Jorge Lanata


Desde el sábado a la tarde que me pregunto donde está Puerto Argentino. ¿Donde está Puerto Argentino? Escribo estas líneas en Stanley, la capital de una colonia británica en la que hay que pagar doscientas libras de multa por tirar una lata a la calle, una ciudad en la que nada hace ruido y donde conviven, hace veinticinco años, dos mil soldados con dos mil quinientos habitantes: lo que cualquiera llamaría un lugar seguro. Aqui no está Puerto Argentino; esta es la réplica exacta de Truman Show, habitada por británicos que sobreactúan su anglicanismo y por kelpers –no debo llamarlos asi, lo odian, se dicen a sí mismos “islanders”– que aclaran apenas se los conoce sus generaciones en las islas:muchas de estas familias están aquí desde 1840.
“Welcome to the Falkland Islands” dice el letrero que se levanta en la entrada del muelle y las señoras gordas que bajan excitadas de los cruceros se tiran encima de dos islanders disfrazados de pingünos para sacarse una instantánea. Ellas no llegan a Puerto Argentino, y a veces –porque el crucero ya zarpa o porque simplemente se olvidaron– le sacan fotos al documental de pingüinos que se exhibe en una pantalla de plasma, a la entrada del Jetty Center: mejor llevar a casa un pingüino catódico que ningún pingüino.
Recién el miércoles encontré Puerto Argentino: está a casi dos horas de Stanley, mucho después de la base militar y en dirección a la Nada, por un camino de ripio resbaladizo, lleno de piedras filosas y grises, cruzando unos montes tímidos que apenas se elevan del piso. Nuestra camioneta es el único auto en toda la ruta y un helicóptero, después de más de una hora de camino, nos despertó de aquella sensación de fin del mundo. Después Nada otra vez. Piedras, ovejas torpes que asomaban en el camino y, de pronto, inmensos circulos de pasto y tierra quemada. Primero uno, luego decenas; irregulares, negros, a los costados del camino.
Bombardeos, dice alguien en el auto, como si hiciera falta aclararlo.
El camino se divide y una señal improvisada dice en letras blancas sobre una madera torcida: “Argentine Cemetery”. Comenzamos a bajar la loma hacia el cementerio; desde allí se alcanza a ver el poblado de Darwin: son sólo cinco o seis casas inglesas de dos plantas y una granja.
Fue entonces cuando vi, por primera vez, Puerto Argentino.
Known unto god (solo conocido por dios). En la página 3 del semanario Pengüin News (la unica fuente informativa de la islas)del 23 de febrero, perdida debajo de la noticia sobre un recital de caridad de las gemelas Goss y una aclaración de la compañía de teléfonos sobre los viejos códigos de acceso internacional, apareció un suelto sobre el cementerio argentino. “Fue cuestionada la decisión del gobierno de pagar el mantenimiento del cementerio argentino de Darwin –dice el artículo–. La Consejera Robertson afirmó que ha tratado en vano de comunicarse con la Comisión Argentina de Familiares,sin recibir ninguna respuesta. Ella afirmó que, siendo el corriente el año del aniversario, es escencial reparar y redecorar el cementerio, y (ante la ausencia de los argentinos), es el gobierno local quien debe asumir la responsabilidad”.
La del abandono, entonces, comenzaba a ser una historia argentina.
Según recuerda Federico Lorenz en su libro “Las guerras por Malvinas”, en noviembre de 1982 el gobierno británico presentó una nota a su par argentino explicando que en los recientes campos de batalla aun quedaban cuerpos insepultos que el verano austral estaba dejando al descubierto. La nota preguntaba qué quería hacer el Estado argentino con ellos. El gobierno militar recien respondió en enero siguiente autorizando el entierro de sus soldados caidos pero “reservándose el derecho de decidir, cuando sea adecuado, acerca del traslado de los restos de los soldados argentinos desde esa parte de su territorio al continente”. Los ingleses decidieron entonces designar una comisión para trasladar los cuerpos a Puerto Darwin.La prensa de entonces señaló la preocupación del general David Thorne por presionar al gobierno argentino para que se encargase del tema ya que de otro modo seria él quien, cumpliendo su deber como soldado, debería hacerlo. Finalmente, a fines de 1982, el gobierno argentino declaró oficialmente muertos a los desaparecidos en la guerra. “La mayoría de los argentinos –señala Lorenz– fueron sepultados sin identificar, bajo cruces que simplemente indican “Known unto God”. El grueso de los tripulantes fallecidos en el hundimiento del crucero General Belgrano, por otra parte, jamas fueron recuperados”.
No existe hoy, veinticinco años después, una cifra consolidada de muertos argentinos en Malvinas: en “La Trama Secreta”, el clásico del género escrito por Cardozo, Kirchbaum y Van der Kooy, se menciona a 750 muertos, la BBC informó sobre 655 y otras estimaciones hablan de 694. En marzo de 1991 los familiares de los caidos realizaron su primer viaje a las islas bajo el auspicio de la Cruz Roja. Llegaron al aeropuerto militar de Mount Pleasant en un Jumbo de Aerolineas que debió borrar la palabra “argentinas” de su fuselaje y visitaron en Darwin las 235 cruces blancas de madera de cedro talladas por un carpintero inglés. Los familiares eran 354, y las tumbas identificadas solo 125, el resto eran soldados “Sólo conocidos por Dios”.
El 14 de julio de 1999 se firmó una declaración, “bajo el paraguas de la soberanía”, en la que se estalece que se construirá un monumento en Darwin en memoria de los caidos en combate. Finalmente el cementerio se construyó en 2004, mediante una donación de Eduardo Eurnekian (que, según se dijo oficialmente, fue cercana al millón de dólares), quien le fue presentado a los familiares de los caidos por el entonces embajador inglés, Robin Cristopher. La Comisión de Familiares viajó entonces con el apoyo económico de la Cancilleria para fiscalizar la finalización de la obra.
“Desde que se construyó, nadie más se ocupó del cementerio argentino”, dijo a PERFIL el Consejero Legislativo de las islas, Mike Summers. Summers aseguró que “tampoco trajeron la Virgen de Luján que iban a poner, de modo que hay todavía un agujero esperando la Virgen que nunca apareció”. Uno de los paneles de marmol que encuadra el cementerio está, en efecto, vacío: hay quienes afirman que iba a ponerse allí una bandera argentina, lo que fue prohibido por los británicos. La alternativa de llevar allí a la Virgen de Luján también presenta su dificultad: el manto de la Virgen es celeste y blanco. Mientras el gobierno de las Falklands se apresta a financiar el mantenimiento, trascendió que contratarían a un empleado local de Goose Green (está a menos de dos kilómetros del lugar)o a Sebastián Socodo, un argentino residente en Stanley que se ofreció a hacer el trabajo. “Yo estuve ahí cuando se hicieron los pozos para las cruces nuevas –recordó Socodo ante PERFIL–, yo hice casi doscientos de esos pozos… Es una lástima que ahora esté tan arruinado. Al cementerio antes lo cuidaban los militares ingleses. Ellos iban y cortaban el pasto y lo mantenían limpio.No sé si financiados por el gobierno o no, pero si sé que los de la base militar eran los que se encargaban”. Sobre el cierre de esta edición llegó a este equipo un comunicado firmado por Eduardo Eurnekian brindando una versión curiosa de los hechos: según el titular de Aeropuertos 2000, “nos comprometimos con los familiares a hacer el mantenimiento del cementerio a nuestro cargo. Hace treinta días se firmó un contrato por cuatro años con una persona de las islas que va a hacerse cargo de dicho mantenimiento”. El comunicado es, por lo menos, inexacto: desde la inauguración del cementerio de Darwin donado por Eurnekian, esto es desde hace más de dos años, nadie se ha ocupado jamás de mantenerlo, lo que explica su actual estado de abandono. Por otra parte Sebastián Socodo, a quien entrevistamos, reconoció haber recibido una solicitud de presupuesto de los familiares, que contestó calculando el trabajo en 4 mil libras anuales, y hace tres semanas que no obtiene respuesta alguna, lo que explica que se haya presentado ahora como posible proveedor del gobierno británico de las islas para hacer las refacciones.
Fuentes de la Cancilleria consultadas en Buenos Aires alegaron desconocer que las autoridades de las islas se hubieran ocupado alguna vez del cementerio argentino. “No hay ninguna constancia de eso en la Cancilleria”, dijeron. “De hecho, eso no les corresponde, y es la primera vez que lo escuchamos”.
La información de la cancilleria sobre las islas parece escasa: los funcionarios se niegan a viajar porque, de permitir que les sellaran el pasaporte estarían reconociendo la situación de hecho, por lo mismo que desalientan los viajes de ciudadanos particulares. De modo que la situación, por asi decirlo es…diplomática: desconocen una situación de hecho en la que sin embargo influyen financiando los viajes de los familiares.Consultados los hombres de la diplomacia por quienes podrían financiar las obras ya que no es, según ellos, asunto del Estado, sugirieron la búsqueda de donaciones particulares.
¿Donde están enterrados los soldados britanicos? En Inglaterra, junto a sus familiares. A excepción de diez de ellos cuyos parientes decidieron enterrarlos en Stanley.
“Estuve en el cementerio anterior y en el nuevo”, relató a PERFIL el ex comandante de la Royal Marine, Gary Clement. “Personalmente, creo que el anterior era mucho mejor, es una vergüenza lo que han hecho. Yo fui muchas veces al anterior y recuerdo que las familias habian dejado rosarios, flores y fotos en todas las tumbas. Era un lugar especial. En cambio ahora no hay nada, te hace sentir como si estuvieran abandonados. Como soldado británico, no me gustaria estar enterrado ahí de esa manera. Es una vergüenza para la Argentina”.
En Darwin está Puerto Argentino: hay cruces despintadas, y bosta de oveja entre las tumbas, y un viento que nunca termina de soplar.

*Desde las Islas Malvinas

Investigacion: J L/Tamara Florín

(en Malvinas) Romina Manguel/

Luciana Geuna (en Buenos Aires)